Atemporales

Y que todas esas veces que te pienso imposible, suene un blues...

Los hijos no os obligamos a ser padres. No lo decidimos, ni lo votamos. No lo tenemos en mente, porque no existimos hasta que por capricho, llegamos a este mundo por el tùnel del amor. ¿Dònde està Dios? deberìan preguntar los hijos cuando nacen. ¿Por què este abandono de la calma y la eternidad para desgarrar a una buena mujer? Una voz interna me dice que es por eso, por hacer a una buena mujer, madre.

Ponme a prueba: En la cocina, en la cama, delante de un bolìgrafo y un folio, delante de un micro, debajo de la piel, lejos de mi nariz.

Soñè que podìa hablarte càlida. Que te cogìa por tus ropas de marca, y mis manos apretaban, mientras mi boca dulce, te contaba sobre nuestros padres. Y tù, levitabas con la base de mis palabras, entre làgrimas. Hasta en sueños,eres mi pesadilla.

Mis manos hablan igual si estudio de dìa, si trabajo de noche, si amo al azar, si follo sin ganas. Mis manos hablan igual porque no pueden callarse en este pàrrafo en concreto, necesitan saber de ti. Donde estès, donde quede lo que queda de mì, que sepas que ayer la toquè y su cuerpo era nuevo para mì.

Estoy tan absurdamente loca, que solo persigo lo que no puedo amar. Estoy tan innecesariamente vacìa, que prefiero llenarme de làgrimas sobre ti que de cualquier otra cosa. Estoy tan patològicamente obsesionada con tu cabeza, que tu carne ha dejado de existir en mi planeta. Cuando nazca, lo primero que voy a hacer es olvidarte.

Quiso que acariciara cerca de su corazòn, sin sujetador, aunque mirando asustada desde sus ojos hasta los mìos. -Dame agua. -Quiero follarte.

Cuando amanecì y vi que no estaba en casa, supe que me habìa equivocado.

El puente que une la voz con el pensamiento, està hecho de lo mismo que el lazo que une a una madre con sus hijos.