Atemporales

Hoy me quedo a solas en casa y decido cocinar para Lianne y para mí. Esta cocina y esta copa de vino me transportan a Andalucía hace solos unos años. A un silencio y a una forma de respirar a un camino a una ciudad que me llenaba de ilusión aunque no me brindaba oportunidades. Pero hoy respiro aquí, cuando están a punto de salirme branquias de las ganas que le tengo al mar. Silencio en la corrala está a punto de subir la marea.

Una dulce espera es querer compartir contigo algo que he hecho, que quiero darte a probar, que quiero que veas, toques o quieras. Que, suplicante, espero que ames con la misma ilusión que yo.

Una gran metamorfosis donde a simple vista nada cambia donde todo parece ocurrir 'velospacio'. La vista de una ventana en una corrala donde siempre que pueden dos chicas desayunan y se quieren. Un acompañamiento con todas sus letras y posibilidades. Un río y sus meandros, esas somos nosotras después de un año.

De entre los manglares reapareció la luciérnaga posándose sobre una rama consistente y dijo: ¿Te acuerdas de lo que sentías?