He soñado con tus ojos verdes
Al agua templada le apetece recorrer mi cuello,
mi espalda, mis piernas y después marcharse
por el desagüe para no volver a ser la misma.
:-)
Sin ejercer fuerza alguna, sin prestar atención, sin pensar en ello, el agua me ha traído belleza y quietud. Aquí, ingrávida, parece que no hubiera caminado años por un desierto a solas.
