Una parte del alma emerge a la superficie del cuerpo en busca de un continente ajeno en el que poder volcarse. Esta encuentra mis ojos y se derrama con intensidad sobre mis órganos. Se vacía de sí requiriendo un intercambio, una comunicación profunda.
Y si el tiempo fuera mi único dialecto y sola, sola en clave de luna. Que a veces despierto con dos pies izquierdos y no sé, no sé volar aún. Que a veces no entiendo, que a veces me pierdo y solo tengo sur
Quiero que me comas. Eso es así, no consigo ser sutil después de tanto tiempo... Viaje sinestésico desde la hipotenusa en caída libre, que no llega ni a los talones a este amor de lo intenso
Tengo cicatrices de tu pánica manera de amar. Hay historias que el tiempo no puede borrar y los circuitos que mantienen vivos esos recuerdos son por los que más me gusta pasear a pesar de los charcos y de lo sucias que salen mis botas de tus fangos pantanosos.
Cae agua sobre un pedazo de cemento del patio de luces. Hace viento. Hay pinzas de tender la ropa en el suelo, también un calcetín. Va a saltar el levante.
Que de pronto se rompiera el presente y estallaran todos los recuerdos a la vez. Todos esos recuerdos que tienen la función de dar apariencia de continuidad a las cosas.