A la esquina del verano

Nunca te has atrevido a retarme en lo que sé,
nunca fuimos amantes en el ajedrez, ni contrincantes,
porque nunca llegamos a ser fuera de la cama.
Que tu boca siempre ha sido la barrera,
cuando ni mi piel practica ser una frontera; que no he entendido
ni la mitad.
Nos quisimos mejor cuando las manos no llegaban a tocarse,
cuando solo pudimos ser lo que tu mamá quiso

y no lo que ansiaba tu ombligo.

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