Diáfana

Una estructura metálica y de madera
dibuja una puerta en el espacio
entre lo tibio y el arte,
                                    el frío y el humo.
Tu bufanda y mi cuello, mis orejas,
las plantas que decoran el patio,
las cristaleras y los barrotes de hierro,
el murmullo de conversaciones que oigo
pero no escucho.

Tus ojos me invitan a pensar
a pasear por lo aprendido
                                   a compartir estos 13 grados que enmohecen mis pulmones.

Saber desde el reduccionismo
de ese amasijo de neuronas,
inferir desde lo existencialista,
ser a través del lenguaje y del arte
dejarme caer sobre tus flexibles estructuras
y viceversa.

Esta noche leo en tus ojos
e hipotetizo que en los míos,
lo acogedor que se vuelve el vacío
cuando la conciencia propia
y la del otro,
se sienten por primera vez.


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