Unknown
Pega su cuerpo sudado contra mí.
Hace rato que el
despertador me reclama,
que el día se abre paso entre las azoteas y las
ventanas,
que veo el tiempo pasar entre las hojas de la planta en el alféizar.
Huele a café,
la luz diseña formas preciosas en los melanocitos de sus ojos.
Y
al mirarla, un inmenso acantilado frente al mar
toma forma en mi cabeza.
Un paisaje desconocido y salvaje que me retiene unas horas,
contemplativa.
Me toma entre sus brazos
y como quien besa con cariño,
otras veces aparta su boca de mí,
negando sus besos.
Sonríen sus ojos.
Me voy, no necesito saber si volveré.