ÚLTIMA HORA

Y como si hubiera fumado lo que fumaba la oruga azul del famoso libro de Lewis Carroll,
del techo aparecieron unas escaleras plegables zigzagueantes.
Puedo ver el cielo al mirar hacia arriba - la gata maúlla desde la ventana- pero ella me invita a subir.
Cada peldaño me acerca más al amanecer.
Veo Sevilla bostezar gestando los primeros colores del alba.
La torre de los perdigones hace de torre vigía ahora que mi tierra
se despierta en otra parte.
Ella repite una y otra vez -como el Principito cuando alguien no contesta a sus preguntas- algo sobre la consciencia. Me pregunto si ella es consciente de lo vivo que está este momento y de lo pronto que muere por lo efímero de su naturaleza.
El amanecer llega justo después de nuestra desnudez.
La gata trepa por la persiana. El espejo enmudece con nuestro baile de siluetas.
Asisto como actriz a la función de esta madrugada: "Tribadismo".
Desconoce su voluntad de llevarme a su boca,
yo viajo extasiada a sus labios.

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:-)

Niebla