Me gustó tu mar
Acaricié su cabeza llena de canas
y empezamos a asomarnos intermitentemente a nuestros ojos
:-)
Sin ejercer fuerza alguna, sin prestar atención, sin pensar en ello, el agua me ha traído belleza y quietud. Aquí, ingrávida, parece que no hubiera caminado años por un desierto a solas.
